Te busco en la distancia, sombra errante,
con voz de sal y viento en la mirada,
la noche guarda un sueño palpitante,
mi alma es un faro en niebla naufragada.
Tu nombre suena igual que mar al roce,
cuando la luna enciende su plegaria,
y el tiempo, en su marea, todo cose,
dejando arena blanca en la memoria.
Los astros me devuelven tu reflejo,
es que en cada ola hay un suspiro mío,
y aunque el dolor se vista de consejo,
mi corazón persiste en su desvío.
Serás espuma al fin, beso que muere,
y yo, la roca eterna que te espera,
porque el amor, aun cuando nada quiere,
regresa en cada ola que lo quisiera.
JUSTO ALDU © Derechos reservados 2025.