Se postraron ante mi, como sirvientes
las dudas los sentimientos, presagios
y cayeron como velas de un naufragio
cuando vieron mi coraza, de repente.
Y la lucha por mis penas, he acabado
porque fueron mis ideas aún mas fuertes,
porque no gana la vida a esa muerte
y nos hace renunciar lo que hay ganado.
Y busqué a mis problemas soluciones
y mis males destrocé en mil pedazos
entendiendo que al final, no hay razones.
Porque no existe mal, que dure cien años
ni pecados que se nieguen a perdones
si tan solo de esta vida, somos paso.