🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮

Desahogo

 

Desahogo

Yo creí tener amigos,
pero todo fue labranza;
traicionaron mi confianza
hasta ser como los higos.

Yo sembré la buena tierra
y le puse nombre al prado,
y hoy que veo el resultado,
la consciencia los aterra.

Nadie ha sido lo que muestra,
siempre esconden su avaricia,
la perfidia, la codicia
y pelean la palestra.

Solo son aves rapaces,
oportunos para nada:
mas te niegan la mirada
cuando tienen sus secuaces.

Son culebras, disfrazadas
son la brasa del terror.
Nunca sienten qué es amor,
si conviene, ven las gradas.

Ah, por cierto, son espinas
que taladran por doquier,
son cadenas y alfiler,
y se van, al ver las ruinas.

Solo están cuando requieren
una ayuda en especial.
Pero al ver que estás fatal,
con ofensas te difieren.

Ah, mi vida la he ofrecido
como ha sido ser de luz;
mas ahora todo es cruz,
ya de mí, varios se han ido.

Te responden, mientras haces
la constancia a su favor,
y te lanzan al dolor
cuando encuentras sus disfraces.

Desahogo es lo que quiero,
desahogo he de encontrar:
suficiente fue luchar
en el mar cuan marinero.

Si de amigos, tengo diez;
son aquellos que han quedado,
y conmigo han caminado
con esfuerzo y sencillez.

Si tenemos y podemos,
el valor siempre nos dan.
Hasta ofrecen que estarán
por si acaso nos caemos.

Son ajenos y no escudan
cuando ven que vas al piso;
mas si están, por compromiso
nos sonríen y saludan.

¡Qué desgracia, ley de vida,
del obviar el bien postrero!
Un favor no dan primero,
si no toman la medida.

Un amigo no está en zabras,
un amigo es corazón.
Un amigo de ocasión
es aquel de mil palabras.

La amistad pura y sincera
nuestros padres la presentan;
Los demás son y aumentan
egoísmo de primera.

Yo bendigo al que se queda,
al que dio en el don su mano,
al que siempre es un hermano
y te abriga mientras pueda.

Los amigos son polímeros
que se adhieren al azar:
siempre buscan acabar
los dolores tan efímeros.

Es, por tanto, que a cualquiera
no se brinda la amistad.
Solo a aquel que en tempestad,
da la cara verdadera.

Todos quieren que se alfombre
el querer cuan bien igual;
pero al ver el pedestal
no se acuerdan de tu nombre.

En resumen, la amistad
es amiga del oficio:
si no existe el sacrificio,
se hace ciega a la verdad.

                  Samuel Dixon