Un tiempo invisible que corre de prisa
queriendo llevar a la luna y las estrellas,
mis heridas abiertas que hoy no cicatrizan
y la pluma que va buscando a la musa y a sus letras.
Una memoria que no renuncia y que no olvida
en un pasado de cosas malas y otras buenas,
el viento que al pasar me besa con su brisa
y yo queriendo dejar a mi alma en un poema.
Todo pasa de una manera tal vez cruel y precisa
donde solo trato de desnudar a mis tristezas,
donde mi sombra, desde lejos solo me mira
en un tiempo que a la noche y a mí nos lleva.
Quizás sea la noche que en verdad me inspira
para que al escribir mi alma se sienta más plena,
con las lágrimas humedeciendo a mis pupilas
porque pasé de ser el amante a ser solo el poeta.