Tu mirada con dulzura,
Con encanto sin igual,
Tan risueño, tan cordial,
Nunca falto de ternura;
Eres musa noble y pura,
La presencia angelical,
De ese amor tan ideal
Que se esconde en mi escritura;
Será siempre compañera,
El fuego de mi pasión
Y causa de mi locura;
Y aunque usted no lo quisiera,
Dueña es de mi corazón,
Una obsesión que perdura…