Quizás pueda amarte como nadie más te haya amado,
Quizás pudiera ser como aroma de jazmines en tus mañanas,
Quizás podría acariciar tu rostro sutil e intacto,
Y quizás mis manos puedan ser de terciopelo.
Quizás he imaginado que has vuelto para abrazarme,
Y que tu sonrisa cómplice me aturde con su candidez tan de niña,
Quizás mi aliento sabe a taza de café aún caliente sobre mis labios,
Y que el dulce de miel sobre una cuchara,
Sea como el néctar con que endulzas tus mañanas.
Quizás no sea como yo esperaba serlo para ti,
Y quizás mis días no sean tan grises por las tardes,
Y quizás mis palabras no las diga… sino las esrciba con el Alma.
Quizás tenga miedo de perderte y por miedo no te lo diga,
Y quizás mis inviernos sean más fríos sin tu compañía,
Y que los girasoles no sean tan amarillos, como la claridad de las mañanas,
… quizás el aroma a rosas se haya escondido en el zorzal,
…quizás decirte que te amo, es solo un sueño que anhelo,
Pero nada… nada se parece a mis deseos,
De poder hallarte uno de estos días,
Y sin decirte palabra alguna,
Te regalaré mi Amor… aquel, que tú también esperabas.