La cicatriz que brilla
(Wcelogan)
Dame una esperanza y te daré mi batalla;
dame una pincelada del saber y te daré
la elegía de un verso manchado de verdad.
Te entrego el arma fina de mi madrugada:
un verso que mastica vidrio y regresa con luz,
una palabra que deja cicatriz en el aire.
Por una promesa construyo trincheras de humo;
por un gesto entierro relojes
y desangro los minutos.
Pintaré en la retina una librería de barro,
donde los libros se abren como heridas antiguas,
cada página: arcilla con olor a memoria.
Si me das un hilo de certeza,
te devuelvo un nudo
que aprieta al destino hasta hacerlo confesar.
No traigo corona: traigo hambre
y un mapa sin norte,
y en la boca, la risa de quien sabe que ganar duele.
Guarda tu esperanza en el bolsillo —yo me llevo la guerra—;
y si el saber es un cuchillo,
seré la cicatriz
que brilla sin miedo
cuando la noche llama.
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“No es preciso”
(Wcelogan) 2009
No es preciso que derrames
lágrimas sobre el espino,
ni que deshojes margaritas
para adivinar mi querer.
No precisas deambular sobre la luna
ni aullarle tus plegarias de amor;
no precisas desnudarte en los mares
donde mis mares confluyen perversos.
No precisas detener la primavera
para ceñirte coronas de arcoíris;
ni preciso vestir tu cuerpo de vicuña,
ni de hilos de oro ni de plata.
No preciso que tu piel
exhiba exuberante suavidad
para demostrar juventud;
ni que te precipites al espejo
buscando verte fastuosa,
perfumada con aromas de Chanel.
Te prefiero natural,
sin bisturís ni rellenos,
que las siliconas son exclusivas
para mampostería.
Y me gustas así,
sencilla, sin artificios,
sin fingir poses para atraer mi atención.
Así, natural y precisa,
serías la imagen perfecta
de mi amor más natural.