La tarde caía y era de mucha alegría
viendo alejarse un velero y recordaba
los bellos momentos que tuve en esos días
de mi trabajo en el mar.
Hoy solo me toca ver partir las naves y una hacer unas plegarias para ellos que salen
a buscar el sustento para sus familias.
Y esos amigos que cuando regresan con
ellos también tengo un bocado para mi día,
a día, lo más bonito es ver a las naves alejarse en el ocaso,hasta perderse en el horizonte del mar.