J.ENOC_A

Soneto de ironĂ­as XI: Ilusiones

En la lejanía crece un manzano

para los peregrinos que cansados

al ver a lo lejos alborozados

el brillante y rígido árbol lozano.

 

Pero al acercarse naranjas fueron

las que residían en la alta copa.

Más poseen una sed que no escampa

y con la vista su hambre sufragaron.

 

Sufrieron al saber de su engañosa

vista, pues no eran más que simples rocas

y viendo al cielo perdió su sonrisa.

 

y marchito como las amapolas

marcha absorto hacia un río que divisa

así entregándose a las falsas olas.