Hektor Bressot

lienzo II.

 

 

¡Matutina!

Baña mis ojos en luz;

aún sin verla,

déjame imaginarla.

 

Colores cremosos,

pasteles suaves,

se posan en tu sonrisa.

 

¿Cómo un vidrio roto

puede ser más bello

que un cuadro inmaculado?

 

Esta vez seré el artista:

posa, musa.

 

Bríndame calma,

empalágame con esa meliflua.

 

Dame lo peor de ti;

verás que te quiero de cualquier forma.

 

Permíteme amarte así;

sabes bien que iría al infierno

solo por sostener tu mano.

 

Esta poesía…

poesía que un rebelde

solo puede entender.

 

El amar es rebeldía.

 

Cada mañana… eres distinta,

alguien nueva,

alguien de quien 

me debo volver a enamorar.

—Aunque este lienzo sea precioso—.

Este no será el último

que haré para ti.