Buscando, adentro de mis zapatos,
una razón para andar.
Desperté.
Más la cabeza, repleta de osmio,
no podía divorciarse de la almohada.
Ahí recordé el brillo de las luces decembrinas,
titilando en las charcas de agua;
pero nada que me visitaba: la esperanza.
Me dije “Es el mundo una danza
de apariencias socio:
crediticiamente atalaja tu máscara
o apesta a moneda.”
Tras ello, vomité sin retirarme la mía el destilado de embriagantes noches literarias,
disuelto en cualquier bebida que marea.
Me mudé a un papel
para suspirar en unas letras;
a pesar de que maté la mitad de mi vida
con humo denso, vapores tóxicos
y corpúsculos blanquecinos de no sé qué.
Aún así estoy convencido
de que el inconsciente que parió esto
lo va a recibir de vuelta.
Lo logré, ya puedo ir en guerra,
en guerra conmigo mismo.
Ryan Pires ___✍🏽©