Asomo la carita por la ventana
¡Está atardeciendo de nuevo!
La felicidad esta vez me gana,
y mis ojos brillan con anhelo.
Mi mundo se encuentra en constante cambio,
pero me mareo de tan solo pensarlo.
Es curioso como todo está bien,
Y se revuelve de un momento a otro.
Por eso me distraigo mirando al sol despedirse,
le agito la manito en el aire,
y de pronto frente a mí,
veo un aquenio venirse.
La comprensión me inunda.
Me llueven pensamientos encima
y la esperanza abunda.
¿Será que finalmente llegó la aventura?
Me doy cuenta de que aún tengo opciones,
y mirando hacia el anaranjado firmamento,
me juro que valdrán la pena mis decisiones.
Sé que está bien este sentimiento.
Soplo al pequeño aquenio, antes diciendo adiós.
Me mira un segundo y sonríe,
sus plumitas me desean suerte
y lo veo alejarse con mi deseo en mente.