La proporción de los sentidos
La caricia envanecida
Los frutos destruidos
Cayeron lejos de las manos
El futuro predomina
Y las palabras se estrangulas con severidad
El milagro de cada día expresa su razón química
Simples y sencillos dioses poseídos
La mirada cambia de órbita
Las mieles superan su aguijón
Los días se aglomeran
Uno perdido no sabe ya a dónde mirar
Se someten los astros
Una fuga de espacios concreta su átomo
Un canto herido perfuma placeres prohibidos
Quién susurra y se desconoce
A lo lejos el camino vive su silueta
Alguien espera y compromete su silencio
Cometas a lo lejos exigen sus colas
Sediento el mundo de predominios esotéricos
Cantan los signos y se añoran los escritos
Quién lleva el tiempo a su propio juego
El miedo se prolonga y perturba el vivir
Se crean astros deambulantes y perdidos
Algo corroe el tejido del presente