Entre las tinieblas,
susurros del cosmos
declaman de un universo oculto
tras el umbral de la materia…
Simbolismo ignoto
guía el camino a la montaña,
donde el eco del fulgor sagrado
desciende sobre la tierra,
y, en su danza cósmica,
devela el gran secreto.
Fragmentos de luz y oscuridad
rasgan el velo de la dualidad,
disolviendo así cuerpo y mente,
transformándose en esencia pura.
Al disolverse el yo,
resplandece el ser,
iluminando los senderos
hacia la liberación.
Al transitar la noche,
el espejo de la muerte
refleja la vida,
y al acariciar el horizonte,
el amor difumina el tiempo
transformándolo en eternidad.