Leoness

Azul de Kandahar

Afganistán,

dolor sin fin.

Huida atroz,

noche y confín.

Era la noche,

perfecta al fin,

en la hoguera

de un festín.

El frío mordía,

el viento arreció,

la soledad

me ascendió.

Sentir sideral,

¡Oh, inmensidad!

riesgo fatal,

fragilidad.

Estrellas vívidas

sobre el glaciar,

riscos que impiden

poder soñar.

Acequia en paz,

reflejo helado,

otro confín

no dominado.

Y apareció,

¡Luz de mi cruz!

mi guerrillera,

mi dulce destello.

Me había salvado

con ardor,

con su silencio,

y su valor.

Su rostro vi,

sombra fugaz,

unión de labios,

tregua, solaz.

Beso de fuego,

pacto en la lid,

juntos seguimos

hacia Madrid.

Talibán lejos,

¡Adiós, dolor!

¡hacia la Libertad!,

¡hacia el amor!