Una rubia sonriente en una moto
me inquiere dónde está el hipermercado,
y mirándole el yin que se le ha roto
me quedo de una pieza, encandilado.
Acomoda su hermosa cabellera
y vuelve a preguntar, con su sonrisa,
aunque yo sólo miro su campera
y lo que bien sugiere su camisa.
Le contesto, doblando y a dos calles,
con cuidado hay un perro muy travieso
(para ampliar la charla doy detalles),
pero luego he quedado patitieso,
al comprobar que nada ha sido oído
y la rubia de la moto ya se ha ido.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.