**FRUTA PROHIBIDA**
Tu boca es la promesa del pecado
el fruto ardiente que mi sed reclama,
y en su dulzor, el mundo trastornado,
se incendia lento bajo tenue llama.
Tus labios son el fruto que no toco,
y en su secreto arde mi corazón,
el deseo hiere como un fino foco,
que enciende sombra y luz en la pasión.
No temo al dios que observe mi delirio,
ni al cielo que maldiga lo sentido,
que en cada beso hallé mi propio imperio,
y en tu pecado, el reino prometido.
Mas si al tocarte el alma se desvela,
que el mundo arda si tu piel me consuela.
JUSTO ALDÚ © Derechos reservados 2025