Si al final esta vida es un sueño.
solo sé que a tu lado me quiero despertar,
y amanecer una vez más,
aunque el mundo se disuelva entre los dedos de la aurora.
Yo, que fui hielo en la carne,
y espejo sin reflejo,
que aprendí a no sentir para no quebrarme,
ahora tiemblo con tu voz,
esa herida dulce que sangra melodías.
Tú,
que pareces reírte del tiempo,
como quien danza al filo de un abismo,
con los ojos cansados de buscar la muerte
y los labios pintados de vida,
me has robado la quietud.
Eres un incendio que no sonríe,
un secreto que arde lento,
una promesa que no pide fe
porque sabe que duele creer.
Yo, que he amado solo en pensamientos,
me descubro mortal bajo tu sombra,
y si he de morir —que sea en tu mirada—
allí donde la razón se rinde,
y el alma, desnuda, se atreve a soñar.
Porque si esta vida es un sueño,
que me halle dormido entre tus brazos,
cuando despierte el fin,
pues he cruzado océanos de tiempo para encontrarte.