Cuentan que te han visto
deslizándote pastosa,
rozando el silencio de los caminos
que se pierden en la nada.
No hay mendrugo que anime,
ni palabra que alivie
tu hambre de casi tres décadas.
Creíste que tus riquezas,
esa chispa de natural magia,
vencerían al tiempo.
Tus amaneceres se han ceñido
a una manta pesada
de maliciosa opacidad.
Cabizbaja y a tientas
avanzas entre sombras,
que se vuelven afilados cuchillos.
Tus ojos sin reflejo,
velados por una tela inútil
de oscura espera.
No hay sueños sublimes,
solo el yugo de pesadillas
y sudorosos sobresaltos.
Has estado vagando
a tientas en la penumbra,
entre otros fantasmas como tú.
Hecha un adefesio sin norte,
te has rendido al designio
de las malignas cortes.
Hecha añicos,
has de exhalar
ese último trozo de esperanza
que devuelva tu nombre.
19-10-2025
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