Existió un amor sin ningún adiós,
el suplicio se lo llevó contento,
lo ahogó en mil desvelos del momento
y en penas tras el día veintidós.
Incineró el cielo húmedo y pictórico,
eliminó el canto de los canarios,
sumergió los días tan necesarios
y escribió la malicia en libro histórico.
Intenté recrear el universo,
pintar las estrellas, plantar mil lunas,
volver a navegar entre lagunas,
pero me perdí en un país perverso.
No hay solución, no hay amor, no hay calor,
no tenemos los mismos componentes,
vivimos en planetas diferentes
que nos distancian por un simple error.
21 de septiembre 2025