NOCTURNA
(Juan Carlos Ayala)
Cuando abres el cajón
de tus deseos y te das cuenta
que eres más rica que la noche,
avara y delirante te subes a tu cima
de deseos ebrios,
que saben sutilmente
andar de noche
y marcas mi número:
aunque nos separen
kilómetros de asfalto
nuestras voces construyen
un puente de hamaca
—como puente de río de pueblo—
y te susurro al oído
delirios calcinandose.
Tiembla tu ramaje encrespado
y tus suspiros sienten el filo de la espada
entre sus entrañas:
te falta hasta la sed,
tu conciencia huye
ante tal conversación nocturna.
Nocturna como la noche que se desnuda
al paraiso de tu imaginación,
ávida de que llegue
ese sublime momento
donde sentirás que el puente
de hamaca se derrumba.
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