Adahí Miranda.

Hiel en la boca de rosa.

Bebí de la copa negra, no de vino, ¡de amargura!

Y el alma, cisne en la niebla, cantó en muda desventura. 

 

Las rosas eran de cera, el cielo, falso zafiro. 

Y el amor putrefacto, un perfume sin suspiro. 

 

¿Dulce vida? ¡Flor marchita! 

¿Esperanza? ¡ya sin piel! 

Solo el alma necesita 

Otro trago de la hiel. 

 

 

—Adahí Miranda.