Cuando me abraza tu ausencia
se escapa un suspiro tierno;
cuyo encanto sempiterno
a evocarte me sentencia.
Al acercarse el invierno
me besas con insistencia;
y vestido de demencia
me haces presa de tu infierno.
Ardemos con el deseo
de brindar con Afrodita;
sintiendo el dulce aleteo
de lujuria sibarita;
desatando gran jadeo
que nuestras almas excita.