Hernán Mejía Silva

MADRUGADA

Hace tanto no veía tu rostro,

silente por un momento quieto,

luego,

la turbia luz que no encuentra camino,

antes,

tu pausa y tu celo.

 

Oscuridad acompañada,

ya no de silencios,

de respiraciones lejanas

y por algunos sueños…

hace tanto que no te veía…