Años viejos
1.8.25
La noche, sombría,
el alma rebosando tristeza.
Camino mi vanidad herida,
y la fantasía hundida.
Duele como hojas de espada
que rajan la vida con su caminar agotado,
y la ilusión olvidada
en algún lugar, en la sombra,
a la espera de que vuelvan
a brillar aquellas horas
en que el sol entraba por las
ventanas abiertas.
Hoy veo pasar la vida,
quieta, por las laderas sombrías
donde nacen las viejas penas.
El amanecer llora los malos sueños
que dañaron las noches negras.
Pasa por la ladera el agua sombría,
los años viejos del invierno cansado,
la lucha sin recompensa.
Carmen Arjona