Juré amarte cada día,
no había encontrado
en mi vida
joya más apreciable
que con el alma cuidaría,
los días y sus noches
inclemente fueron,
te dañó en fiebre,
te doblegó a muerte
sonaban melodías
silencio de tristeza,
no había esperanza
dolía ojos, dolía el alma,
en mí no había calma
deseaba matar a la muerte
y así indolente
te apartó de mi lado,
no se había percatado
que haría lo mismo,
matar los ojos
unirme a tu viaje...
pasajero inesperado,
amante ilusionado
sólo tener la dicha
de ir a tu lado.