Amor,
cuando mires la luna,
piensa en ti y en mí.
Porque en la hondura silenciosa de la noche,
ella es siempre faro de esperanza;
y aunque las nubes pretendan velarla,
regresa, invencible,
a vestir el cielo con su luz serena.
Así eres tú en mi vida:
en la penumbra de mi alma
eres llama que no se apaga,
luz que atraviesa mis sombras,
claridad que me nombra
y me devuelve al pulso de la vida.
Amor,
cuando mires la luna,
recuerda esto:
en la inmensa oscuridad de mi alma,
tú siempre esa luz que resplandece.