A Sabina
Tu voz y tu guitarra son emblemas
que llegan a los pueblos oh, Sabina.
Te leo, mientras vibra en la bocina
el canto torrencial de tus poemas.
Y al eco de las notas, los esquemas
asoman cual volcán la voz afina;
la sístole y la diástole que opina
el núcleo de tu estirpe y sus prosemas.
Si el verso es un acorde o cuyo plectro,
estás en las entrañas de la tierra
por ser, de las tonadas, el espectro.
Por eso es de virtuosos hacer arte
que clame y busque paz entre la guerra,
maestro, su palabra es estandarte.
Samuel Dixon