Aquel rato de cine,
y la vieja historia que nunca muere,
de un amor que sucede...
Seguidamente,
sus tacones sonaron en la calle,
a modo petulante...
En el parque,
jugamos a reinas y príncipes,
locura de dopaje...
Hasta el beso-clave,
que apenas fue, fragua que resiste,
y nos ahorcó el aire...