D. Méndez

La misma mierda

Es la misma mierda,

con color distinto,

con olor disfrazado de promesa,

con forma de futuro brillante.

 

La misma mierda,

reencarnada en otras manos,

en otros besos que saben igual,

a derrota tibia.

 

Cambia el escenario,

las palabras,

las risas que al principio son verdad,

y luego rutina.

 

Pero al final,

cuando se apagan las luces,

cuando cae el maquillaje del alma,

todo huele igual.