Chico

La tabla de la vida

La vida es una tabla,

dura y rasposa,

te conduce por subidas y bajadas.

 

Al ponerle ruedas,

el camino es incierto como el mar:

sinuoso y trepidante,

te lleva al cielo,

y los molinos de viento

te hacen tropezar.

 

Una piedrita en el asfalto

puede ser mortal.

 

Al darle a la tabla

se surca el suelo

hasta tocar las raíces

y la cultura.

 

Se viaja en la pregunta eterna:

¿hacia dónde voy?

 

La madera con el agua se hincha.

De tanto brinco le salen dientes,

y si titubeas al pisarla,

te muerde los labios

y te perfora la boca

hasta los dientes.

 

Hay cura:

pisar firme la fe

y no perder la ruta de la esperanza.

 

La tabla no se repite,

no se detiene,

y corre con sus tres caras —

pasado, presente y futuro —

como el tiempo.

 

En cada suerte

encontrarás un motivo para seguir

por la calle de la adversidad,

haciendo lances

que inmortalizarán tu alma.

Si le das a la tabla, sufrirás.

Y si no le das, sufrirás también.