Carlos Baldelomar

+ ATENTAMENTE +

Ojalá te llegara esta carta,

la que no escribo

pero llevo conmigo a todos lados,

esa que se me arruga en la frente

con cada desvelo,

con cada segundo desocupado

que se acomoda en tu ausencia.

 

A veces me pregunto

si sabés leer los espacios vacíos

de mis silencios,

si sospechás el contenido

de esta angustia

que me dobla las comisuras 

y me conmueve tanto la mirada.

 

Yo no espero tu mundo completo,

ni que esté abierta tu recepción

a todas horas,

es más, la casualidad de un día,

mientras el café de la tarde se enfría

y la vida afuera transcurre,

levantaras la vista y, en vez de un

“¿qué te pasa? ¿Qué te preocupa?”

me dijeras al fin:

“A ver, mostrame ese amor

que tanto te pesa.”

 

Y yo, sin más preámbulos,

te pondría este pecho mío ansioso

en tus pequeñas manos,

desplegando el nosotros que imagino,

el amor que nos hace chiquito

este pueblo, y esa gente sin oficio,

(que solo nos mira y murmulla)

hasta que no quedaran palabras,

ni comas, ni puntos,

solo este hombre hecho un sobre vacío,

esperando resguardo,

el cálido destino que ofrecen tus brazos.

 

Atentamente…