En esta fría noche, he venido a robarte, un beso.
Quizás te sorprenda, esta mi sinceridad y arrojo.
Nuestra lejanía, se mide en metros, por eso rezo.
Son miles los sentimientos que, en mi alma, alojo.
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En verdad, me di cuenta que, ya no me conozco.
Hasta ayer nomás, viví en las nubes de tu sombra.
Plena de utopías, soñé a los pies de un Adán tosco.
Cómo seguir al lado de ese que, ya no me nombra.
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En la opacidad de mi inerme conciencia, hoy vi luz.
Con los ojos del alma, se verán mejor, las verdades.
Ignorar qué hay desamor, es llevar a cuesta, la cruz.
Intentar obligar al amor, es anclarse en necedades.
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El amor verdadero, no siempre, se puede aparentar,
El alma del amante es el espejo, donde tú, te reflejas.
El amor se ve y siente, eres tú, el que se puede timar.
Sí tú, no atiendes a tu intuición, no valdrán las quejas.