En octubre el calor mutuo buscamos,
puesto que nuestros besos tiernos
amor más intenso emanan,
el aire con aromas nuevas preñado,
el encanto de hierbas de otoño.
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En octubre nuestro labios con dulce
sorbos prolongados se bautizan,
al compartir una copa de vino nuevo,
su dulzura, una sinfonía ardiente
en los cuerdos de nuestros corazones, toca.
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En octubre caminamos por una alfombra crujiente,
antes de que la colcha de hojas caídas
por ráfagas celosas sea arrastrada,
al desvistir en la luz débil de la tarde
manniquíes asustadas de sus trajes otoñales.
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En octubre la cosecha de nuestros labores recogimos,
y nuestra orientación interna reflexionamos,
la brújula para seguir nuestras líneas de la vida,
para navegar nuestro barco a puerto seguro, mientras
la natura para su descanso invernal se prepara.
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David Arthur ©®
Cuadro de propio pincel