D. Méndez

Si te dejas llevar

Si te dejas llevar,

como el mar a las rocas,

verás cómo el cuerpo se rinde

ante lo inevitable.

 

Yo no lucho,

solo me dejo caer en ti,

una y otra vez,

rompiéndome en tus costas,

buscando el calor que me hiere.

 

Tu piel sabe a marea,

a peligro y a calma,

a ese instante donde el deseo

se confunde con el alma.

 

Y aunque duela,

aunque el amor sea naufragio,

prefiero hundirme en tus brazos

antes que sobrevivir sin ti.

 

Porque hay amores

que no se viven,

se arden.