Bajó una mano del cielo
y tus ojos me mostró,
mi alma se estremeció
al ver brillar tu cabello.
Desde ese día yo llevo
en mi mente tu mirar,
de mi mano tu andar
y en mi corazón tu apego.
Con miles de amaneceres
compartiendo el mismo lecho,
y muchos atardeceres
que aún atesora mi pecho.
Te quise desde el segundo
que mi vida se cruzó,
en tu andar y se atrapó
mi alma de vagabundo.
Después te amé con la calma
de quien sabe que la vida,
la ha entregado ese día
y no le pertenece más.
Mi tiempo supe esperar
para yo estar a tu lado
y a tu ser, enamorado
poder siempre acompañar.
15 julio 2025