Meditando en el ocaso
De un dulce atardecer
Nos miramos de costado
Sin aparecer
Cabalgamos sin establos
Y tambien sin ley
Senteciando a lo que amamos
En una pared
De tus ojos atigrados
Sin pertenecer
Son curiosos los diablos
Dentro de esta red
Y son tantos los presagios
Que mecen tu sed
Somos esclavos hermitaños
Que ya no se pueden ver
Y tus labios despegando de esa red
Como pulpos entrenados para ser