Un gótico pintor de móvil tinta
reclama desde el cielo su tributo,
y dando a su pincel cariz de luto,
oscura redención al vuelo pinta.
No hay trazos que el azar no deje encinta
y den a luz un caos absoluto,
ni sueño que limite el atributo
de hipnosis en la forma variopinta.
En danza se deshace la espesura,
y el vuelo, dilatado en lo mutable,
es arte que reniega de estructura.
La díscola bandada, en negro amable,
opaca al resplandor mientras murmura
desparramar su óleo intratable.