En las rutas de los espacios libres,
hay una flor que madura vientos,
y la hermosura de la palabra urgente
macera una primavera
en mi vaso de sol ardiente…
Hay contención de colores
en la amanecida de los versos,
donde las palomas
han instalado su propia catedral,
y un firmamento de peces domésticos
satura el ambiente de mar.
Estallan las risas como diamantes,
y una pequeña esfera
está atada al sistema solar
como la única voz con aliento,
en las depuradas estelas
que dejan los planetas
cuando salen a bailar.
Los poemas son solo las simientes
de unos verbos que han aprendido a soñar,
y se instalan en la garganta de los asteroides
que circulan en los cerebros
de quienes aún sueñan
con una estrella que alcanzar.