De la avenida al costado
pasan todos y no pasan:
autos, cletas y cristianos
bendecidos por Mandinga.
Vibra así la ventana
con el ruido de las motos,
y sacuden los porotos
de la vida y su mañana.
Vibra así la cercana
vida de otros y espero
una carta documento
con paciencia y con esmero.
Soy normal en coeficiente
me refiero al intelectual,
¡y yo me creía presidente
de una mente rutilante!
pero ven, soy navegante
de un estúpido ritual.
Pero pasan y traspasan
las vivencias por al lado
de mi casa que es un dado
que las barandas alcanzan.