El camino está mojado,
cubierto de robles y castaños,
encajonado entre paredes de lajas.
“Orballa”.
Sobre el murmullo de la lluvia, lentamente,
se va haciendo notar
el sonido del río próximo.
El molino está cerca
y el sonido de su presa
se sobrepone a los otros dos.
Sigo caminando…
y ya no oigo mis pisadas…
Esa sinfonía de
pasos,
lluvia fina,
río rumoroso,
culminando en el estruendo,
en la apoteosis final
del concierto
que quería ser mi vida…
…
Y el silencio,
el atronador silencio…
La nada.
Y sólo después,
en la oscuridad,
un minúsculo punto de luz
y el sonido casi imperceptible…
del trino de un pequeño gorrión