pasaba

Los locos de poesía

Corazón robado, corazón perdido

en el laberinto de mis pensamientos torcidos

donde la razón se desvanece

y la locura se apodera de mí

 

Un corazón que late con furia ciega

que se rebela contra la sensiblería

y busca la verdad en la oscuridad

donde se alimenta de pasión y fuego

 

Corazón desfigurado, corazón deshecho

liberado de las cadenas del sentimiento

late con la fuerza de la naturaleza

y se funde con el universo en un grito

 

No tengo el dolor de la traición de un Celan

ni la rebeldía bohemia de un Rimbaud, mucho menos imitar al funambulista,  solitario poeta, que de trozos de la vida quiso hacer su poesía Ghérasim  Luka,

ni el delirio místico que de una Nellie Sachs se amparó

ni la locura nostálgica de un Éluard

que buscaba una furtiva luz eterna, cazando y deshaciendo estrellas

 

Pero en cada esquina de mi vida

brilla la poesía con fuego propio

musas traviesas que nos consuelan y empujan

¡Vamos! ¡Qué viva la poesía!