El Rojo no tiene patria ni casi voz,
con unas gafas lóbregas lo verde es oscuro
y la montaña, sin árboles, sólo hojas de hoz.
Una hoz mentirosa que corta el futuro.
Del país le molesta que sea su hermano;
y de la familia, como quemar bandera.
El Rojo ególatra ni desnudo en verano,
que no son vergüenzas, es que nada espera.
El Rojo no tiene patria ni es compatriota;
odia la Verdad y se mancha de hipocresía.
No ve su nariz y es déspota pero no idiota:
es que al Rojo nunca le acompaña la alegría.
Agosto 2.025
NACHO REY