Es junio, y medianoche,
la luna hermosea a una vaca amigable...
un manantial de leche,
que sale de ligue, y me parece increíble...
La noche es mas noche,
no por azar, sino por gusto del dislate...
en un boscaje inolvidable,
donde disfrutan los cabrones y la gente...
Al capricho celeste,
bajo esta luna roja como la sangre...
un llamado irrumpe,
para que mi corazón salte y estalle...
Se escucha mi nombre,
desde una puerta metálica tras abrirse,
es la ley de la madre,
\"venga para casa que ya es tarde\"...
Comentario de autor: A veces la cordura necesita algo de locura y de fantasía...