En un mundo, sin tregua, sin pausa,
sin tiempo para la reflexión,
para el reseteo mental.
Entre la claridad,
la incertidumbre,
la nostalgia
y la determinación.
En medio de la multitud,
la soledad, la profundización y el silencio
sirven de aislamiento y también de encuentro.
Por haberlo construido,
por vivirlo cada día
y entenderlo a mi manera,
me detengo un instante...
¿Hasta aquí he llegado, y ya?
¿Y ahora qué?
¿Será acaso
el momento de marchar?
¿De abandonar este cuerpo,
este tiempo,
este lugar?
¿O simplemente este estado
me es más claro,
más profundo,
y por ello,
más difícil de avanzar?
Tal vez...
hasta ascender al siguiente nivel,
siguiente fase,
en un juego con principio...
¿pero sin final?
Y así, seguir en lo mismo,
por la misma senda,
a fecha de hoy...
Entre el filo del silencio,
en el eco del umbral.
Pero más despierto.
Más sereno.
Más consciente.
Con más treguas,
más pausas,
más tiempo para la reflexión,
y más reseteo mental.
O lo que es lo mismo:
resolución, consciencia y determinación...
¡Ni un paso atrás!