Tu nombre aún reposa
en el borde de mis labios,
como una canción sin sonido,
como una llama sin abrazo.
Te fuiste lentamente,
silenciosa, sin sombra,
dejando solo un aroma en el aire
que aún susurra tu nombre.
El tiempo pasa despacio,
como una carta sin respuesta.
En cada noche callada,
tu recuerdo vuelve a aparecer.
No hay distancia alguna
que borre las huellas que dejaste.
Aunque el tiempo las cubra,
mi corazón sigue buscándote.
Si algún día regresas,
por favor, trae contigo un cielo claro,
porque aquí…
mi corazón aún te espera.