Epistola de un enfermo
Quería escribirles algo sobre cómo me estoy sintiendo, porque el cariño que me han dado en estos días, mientras estoy enfermo, es increíble.
Sus muestras de afecto me han dado tanta fuerza que casi me sanan. De esto es de lo que me he dado cuenta, pues he pasado de vivir un torbellino a sentir un estado de sociego, al transitar el camino de la fe y ver de nuevo el horizonte de la esperanza, cercano y palpable, como cuando ocurre la arribada de la nave al puerto, después de un viaje por tiempos procelosos; perdido y sin rumbo.
Ya estoy aquí como he sido y soy, y esa identidad me revive y me da fuerza para seguir.
Gracias por ser ese afecto que sana y motiva. Nunca olvidaré la bondad con la que me rodean.
Rafael