El tiempo pasó y no avisó,
me distraje y él me llevó.
Perdido y aturdido quedé,
creciendo como flor tenue,
errante en él invierno,
perdido y con el frío.
Hambre y olvido tenía,
mientras seguía aturdido
tratando vivir el brío.
Fui un doncel con anhelo,
que no hallaba alhaja.
Dejé corriendo el reloj,
mi necedad me apuñaló.