Desnuda y sin zapatos.
Alma desnuda liada en llanto,
sin caricias besos ni abrazos.
Sé seco la rosa del mi patio
que, regué con risa de miel.
el viento
se llevo sus aromas
por la tapia blanca del patio,
el sol negó su color cálido
dejando
invernal en mayo.
Las rosas lloran sin seda
las espinas se doblaron.
Las campanas en las torres
callaron sus sonoros cánticos,
el viento cansado no
público,
las melodías del campanario.
al alma se quedó desnuda,
sin paño de seda, ni zapatos.
Carmen Arjona Barral