Izandro

Confianza

Si tan solo pudiera confiar,

en que la lluvia sobre mi rostro no es para causarme frio,

sino para lavar mi rostro de tantas lágrimas heridas;

Si tan solo pudiera confiar,

en que cada uno de tus silencios no son porque no te haya interesado mi sufrimiento,

sino porque no quieres decir algo que no me traiga calma;

Si tan solo pudiera confiar

que el ruido de las ramas zarandeadas fuertemente no son para causarme miedo,

sino para darle un aire fresco a mi pecho ante tanto fuego que me ahoga;

Si tan solo pudiera confiar,

que el trino de las aves por las mañanas en mi ventana,

no son para agitar mi sueño y arrancarme del descanso que duramente he conseguido,

sino para abrir mis ojos y ver el sol hermoso que me regalas;

Si tan solo pudiera confiar,

que muchas veces me has hablado con tus formas diferentes y hasta extañas,

donde me dices que me amas, y me extañas cuando no te hablo;

Si tan solo pudiera confiar,

que a veces me has escrito cartas, todas de Amor,

para que no sienta esa soledad, que me agobia, que me apaga;

Si tan solo pudiera confiar,

que eres tú quién me deja un pan en la ventana,

y no el azar, de quien dejo el alimento que no quizo;

Si tan solo pudiera decirte mirándote a los ojos,

que confío en ti a pesar de mis caminos perdidos y la oscuridad que me abraza,

porque has sido siempre tú,

quién ha sido amable en sus palabras,

quién me dio ternura mientas lloraba,

quién me acaricio las heridas que nunca, nunca sanaban,

quién me llenó de paz cuando la mar estaba agitada,

y me diste Amor... cuando todo a mi alrededor... siempre callaba;

Si tan solo pudieras confiar en mí,

cuando te digo que mi corazón ya no me pertenece,

y que cada uno de mis sentidos viven para amarte,

ya sea en el silencio de la noche,

o en la luz de la mañana...